martes, 12 de noviembre de 2013

JUANA La Beltraneja

Juana de Trastámara, nace en Madrid el 28 de febrero de 1462. Es hija del Rey de Castilla, Enrique IV y de Juana de Avís, hermana del rey de Portugal.

Desde su nacimiento, fue apodada como "la Beltraneja", debido a los rumores y a las dudas de que fuera realmente hija del rey Enrique. Este era conocido como "el impotente". Su primer matrimonio fue anulado por no haber sido consumado, y era un rumor muy extendido (pero nunca provado), de que su hija Juana había sido realmente engendrada por su caballero favorito, Beltrán de la Cueva.

La infancia de Juana fue muy ajetreada y algo cruel, pues siendo una niña fue usada por unos y otros para sus propósitos. Recién nacida, fue jurada en cortes como  princesa de asturias y por tanto, heredera. En aquellos años, el rey tenía profundas disputas con la nobleza castellana. En 1464 ya le quitaron la herencia al trono, otorgándosela al infante Alfonso, hermano del rey, que moriría poco después.



La pequeña Juana vivió tiempo fuera de la corte, custodiada por algunos de los nobles cercanos al rey, como Pacheco, el Marqués de Villena. Tras interminables desavenencias entre el rey Enrique y su hermana Isabel, en 1968 firman los Pactos de Guisando, por los cuales Enrique vuelve a desheredar a su hija Juana en favor de su hermana, futura Isabel la Católica, a la que declara heredera del trono. Hacen todo lo posible por encontrar un esposo notable para Juana, le proponen al Duque de Guyena, hermano del rey francés, pero este acaba muriendo enfermo antes de que se pactase nada.

En 1474 muere Enrique IV. Isabel, haciendo cumplir lo pactado, se proclama reina. Pero el entorno de Juana reclama su derecho al trono, en su legitimidad como hija del rey. Así pues, en la ciudad de Plasencia, el 25 de mayo de 1475 acaban casando a Juana de tan solo 13 años, con Alfonso V, el rey de Portugal. De este modo da comienzo una larga guerra de sucesión entre 2 matrimonios: el compuesto por Juana y Alfonso, reyes de Castilla y Portugal, y el compuesto por Isabel y Fernando, reyes de Castilla y Aragón.

El bando de Juana, pese a que contó desde el principio con más apoyos nobles, auspiciados por los infatigables nobles Pacheco el marqués y Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo. Sin embargo la guerra, desarrollada principalmente en las zonas fronterizas del Tajo y Duero entre Castilla y Portugal (Extremadura, Zamora, Toro, etc.) acaba decantándose hacia el bando isabelino.

Escudo usado por el bando de la unión dinástica de Castilla-Portugal


El final decisivo tuvo lugar el día en que el Papa Sixto IV toma partido por Isabel. Este toma la decisión de anular la bula por la cual consintió el matrimonio entre Alfonso y Juana, sobrina suya. Así pues, matrimonio anulado, Alfonso perdía sus legítimas pretensiones sobre Castilla, siendo esto la puntilla que acaba minando al bando de Juana, que acaba derrotado. En 1479 firman el Tratado de Alcazovas, donde se fijan las condiciones de paz, así como el destino de Juana, que tendría que renunciar de por vida a sus derechos dinásticos.

Finalizada la guerra, una Juana aun con 17 años, se ve humillada y desposeída de todos sus derechos reales y privilegios. En Portugal le dan el trato de Excelente Señora, pero el tratado de paz, la fuerza a ingresar interna en el Monasterio de Santa Clara, en Coimbra. Durante su internamiento, hubieron algunas polémicas. El nuevo rey portugués la prometió con el heredero de Navarra, para provocar un conflicto con Castilla que no llegó a mayores por la muerte del prometido. Se dice, desconociendo la certeza, que enviudado Fernando el Católico, propuso matrimonio a Juana para conservar su derecho sobre Castilla frente a su yerno, Felipe el Hermoso, algo que esta rechazó.

Juana finalmente vivió su madurez sin contraer matrimonio, residiendo en el Castillo de San Jorge en Lisboa, y hasta el fin de sus días, el 12 de abril de 1530, siguió considerándose legítima reina de Castilla, título que acabó legando, (sin validez legal pues no poseía), al rey de Portugal.





jueves, 10 de enero de 2013

ENRIQUE IV de CASTILLA

El 5 de enero de 1425, nace en Valladolid el príncipe Enrique de Trastámara, tercer hijo del rey Juan II de Castilla y su esposa, la infanta María de Aragón y reina consorte de Castilla. Muerta su madre en 1445, el rey casará con su segunda esposa, Isabel de Portugal, y dará a Enrique dos medios hermanos que le acabarán disputando el trono toda su vida: el infante Alfonso, e Isabel.

Desde poco después de nacer, Enrique fue nombrado Príncipe de Asturias. Durante su niñez, su educación se vió muy influenciada por Álvaro de Luna, el valido de su padre.



A los 15 años, en 1440, Enrique contrae matrimonio con la infanta Blanca de Navarra. De este matrimonio no solo no tendrá descendencia, sino que acabaría siendo anulado por el papa Nicolás V, alegando que durante años, ni tan siquiera habían llegado a consumar el matrimonio. Comenzaría así una negra historia respecto a la vida privada del príncipe y futuro rey, que sería conocido por algunos, (como el cronista Palencia), como Enrique el Impotente.

En los años posteriores ocurrirían hechos relevantes en la vida del príncipe. En 1554 muere su padre, por lo que él es proclamado rey a los 29 años con el nombre de Enrique IV. Una de sus principales obsesiones como monarca siempre fue la unión con Portugal. Para ello trató de tener una cercana alianza con ellos, contrayendo matrimonio, por segunda, vez con Juana de Avis, infanta portuguesa.



El reinado se caracterizó por una notable falta de liderazgo, a la misma vez que existía un poder muy destacado de la nobleza castellana. Uno de los que más influencia acaparaba era Juan Pacheco, marqués de Villena, compañero inseparable del rey. El marqués y su hermano Pedro Girón, se consideraban piezas claves de la monarquía. Todo cambió con la entrada en la corte de Beltrán de la Cueva, que se convirtió en favorito del rey, desplazando a un segundo plano a Pacheco y los demás. Los conlictos de interés son tales que hasta se extiende el rumor de que Juana, la recién nacida hija de los reyes, no ha sido engendrada realmente por Enrique, sino por el propio Beltrán, lo que le otorga el apodo de Juana la Beltraneja.

En 1464, ante el descontento, se crea en Alcalá de Henares una Liga Nobiliaria, donde los nobles se juntan para reclamar al rey mayores privilegios y cotas de poder. De este modo buena parte de los nobles deslegitiman a la princesa Juana, y exigen  que el sucesor sea Alfonso, el medio-hermano del rey. Finalmente algunos nobles acaban proclamando rey a Alfonso, con tan solo 11 años de edad, en un acto conocido como la Farsa de Ávila. 



Estos conflictos de poder llevan a los partidarios y detractores del rey a una guerra de clanes nobiliarios que produce un profundo desgaste en la sociedad castellana. Las tropas de ambos bandos libran una dura batalla en Olmedo, en 1467, sin que exista un claro vencedor. El conflicto se extiende aun un año más, hasta que el infante Alfonso, un mero títere de Pacheco, muere en extrañas circunstancias. De este modo, algunos de los que proclamaron rey a Alfonso, dan su apoyo a la hermana, Isabel.

En 1468, Enrique IV y su media hermana Isabel se reunen para pactar, desoyendo a la nobleza, y sellan el Tratado de los Toros de Guisando, en Ávila. Desde este momento todos se comprometían en guardar lealtad al rey, a cambio de que Isabel fuera nombrada Princesa de Asturias, heredando así el trono en detrimento de Juana, hija del rey. A su vez el rey se guardaba el derecho de concertar el matrimonio para Isabel con quien él considerase.



A partir de entonces, con Beltrán fuera de la corte y con una Isabel que acepta su reinado, las aguas se calman para el rey. Pacheco vuelve a ser su hombre fuerte, pero poco a poco se van forjando nuevos intereses. Enrique cansado de las manipulaciones de Pacheco y de las infidelidades de su esposa, cae en una espiral de decadencia. Isabel, que considera que el rey ha violado los pactos de Guisando, obra en su interés y contrae matrimonio en secreto con Fernando, el príncipe heredero de Aragón. Esto traerá nuevos conflictos, numerosas traiciones y nobles que cambian de bando en varias ocasiones, contando la pareja de Isabel y Fernando (futuros Reyes Católicos) con muchos más apoyos.

Finalmente, muy desgastado y tras la muerte repentina de su principal valedor Pacheco el marqués de Villena, el rey Enrique IV fallece en Madrid el 11 de diciembre de 1474. 

Isabel fue proclamada reina al día siguiente, pero el conflicto entre los 2 bandos no cesa, y da lugar a la guerra de sucesión entre Isabel I y Juana la Beltraneja, lo que se puede comparar como partidarios de aliarse con Aragón o con Portugal.

Enrique IV fue enterrado en el Real Monasterio de Guadalupe, en la provincia de Cáceres.

viernes, 24 de febrero de 2012

JAIME I de ARAGÓN

Jaime I nace en Montpellier el 2 de febrero de 1208. Hijo del rey Pedro II de Aragón y de María de Montpellier.

Jaime tuvo una infancia complicada, debido a las desavenencias entre sus padres, que habían contraido un matrimonio de pura conveniencia. El rey Pedro pactó que su hijo se casaría con la hija de Simón de Montfort, por lo que cedería la tutela del mismo para que este viviera en el Castillo de Carcasonne hasta que alcanzase su mayoría de edad.

Sin embargo, en 1213 Jaime queda huérfano, ya que fallecen en distintas causas el rey y la reina. Los aragoneses reclaman la vuelta de su heredero, y la nulidad de su pacto matrimonial. En el caso tiene que mediar incluso el Papa Inocencio III, que consiguió que el heredero les fuera devuelto. Jaime creció en el Castillo de Monzón, bajo la tutela de los Caballeros Templarios. En 1218, con tan solo 10 años, fue proclamado mayor de edad en las Cortes de Lérida.



En 1221, se casó en la Catedral de Tarazona con la infanta Leonor de Castilla. Pese a tener un hijo en común, este matrimonio fue anulado por razones de parentesco. En 1235 contrajo nuevo matrimonio, con la princesa Violante de Hungría, con la que tuvo 9 hijos, entre los que cabe descatar los futuros Pedro III y Jaime II, o Violante, la esposa de Alfonso X el Sabio. Tras la muerte de su segunda esposa, tuvo un sinfín de amoríos con los que tuvo varios hijos ilegítimos, los cuales no obstante, acabaron bien posicionados en la sociedad de la época.



El Rey Jaime I, es conocido como "el Conquistador", y es que fue uno de los monarcas a los que más méritos se les pueden atribuir en las contribuciones en la reconquista española a los moriscos. En 1929 los marinos de Barcelona y Tarragona, hartos de los contínuos ataques de piratas de las Baleares, lanzan un desembarco en la isla de Mallorca, por el que consiguen acabar con la dominación almohade de la isla. La empresa fue llevada a cabo con tropas fundamentalmente de Barcelona y Tarragona, lugares de donde procedieron así mismo la mayoría de sus repobladores. Se instituyó así un nuevo dominio para la Corona de Aragón, el Reino de Mallorca.

Años más tarde, se lanzaron nuevas ofensivas, esta vez para conquistar el resto de las Baleares. De este modo consigue un vasallaje de Menorca, (que duraría unos años hasta que los moriscos fueron desterrados) y una conquista efectiva de Ibiza y Formentera en 1235, expandiendo así el Reino de Mallorca por todas las Baleares.



En 1233, se reune el rey en Alcañiz con otros nobles aragoneses, con el objeto de planificar la reconqusita de Valencia. Dicha reconquista se llevó a cabo en distintas fases: la primera plaza en tomar, fue la ciudad fortificada de Morella, para despues continuar hacia la costa y tomar las ciudades de Peñíscola y Burriana. Más alante continuaron hacia el sur, tomando la ciudad de Valencia y dirigiendose hasta Alcira, ciudad donde  se encontraba el único puente por donde franquear el río Jucar, ya en 1242. Durante los siguientes 3 años, la reconquista avanza hacia el sur, donde se encuentra con los ejercitos de Castilla, lo cual le lleva a firmar el Tratado de Almizrra, con su yerno Alfonso el Sabio, para delimitar las fronteras entre los reinos de Castilla y Aragón.

Jaime I de la misma forma que se ganó enemistades entre los catalanes por haber fundado el Reino de Mallorca, también se las acabó ganando con los nobles aragoneses. Estos, que a diferncia de la conquista balear, sí se habían implicado en la conquista valenciana, cuyas tierras las veían como zona de expansión natural de los dominios nobles de Aragón. Sin embargo Jaime fundó el Reino de Valencia, igualmente con instituciones propias, lo que convertía a la Corona de Aragón en un Reino confederal, en el que se compartía el mismo monarca, pero cada territorio mantenía unas instituciones autónomas.



El Rey de la Corona de Aragón, que tuvo una cordial relación con su yerno el rey Alfonso de Castilla, colaboró con él así mismo en reprimir revueltas en el Reino de Murcia, vasallo morisco de Castilla, que acabó siendo repoblado con gentes de Aragón y Valencia. Siendo Murcia, una tierra que por simple conexión geográfica, siempre ambicionó Jaime para su reino.

En los últimos años de su reinado trató de mejorar las relaciones con los franceses. Aragón renunciaría a ciertos territorios de Occitania, si los franceses renunciaban a los territorios de la Marca Hispánica. Tambien intentó aventurarse sin demasiado éxito en algunas empresas templarias en Tierra Santa, de las que tuvo que desistir por diversos motivos.

Tambien fueron objeto de discusión el reparto de sus herencias, pues sus reinos no fueron heredados por un solo hijo sino varios. Así mismo creó una gran polémica con los aragoneses, pues situó el curso bajo del río Cinca como frontera entre territorios catalanes y aragoneses, lo cual dispuso que Lérida, ambicionada por Aragón, acabase finalmente del lado catalán.



Finalmente, el 27 de julio de 1276, tras un reinado de 63 años, muere en un palacio de Alcira (Valencia) don Jaime I, el que fue Rey de Aragón, Valencia y Mallorca, Conde de Barcelona, Señor de Montpellier, Conde del Rosellón y Cerdaña, además de otros muchos títulos sobre sus posesiones en la hoy Occitania francesa.

Jaime I fue enterrado primeramente en la Catedral de Valencia, donde permaneció durante unos años, antes de ser trasladado al panteón de la Corona de Aragón, en el Real Monasterio de Poblet, donde sus restos permanecen aún hoy día.

miércoles, 11 de enero de 2012

ALFONSO X, "EL SABIO".

El 23 de noviembre de 1221 nace en Toledo el príncipe Alfonso de Castilla y Suabia, hijo del rey Fernando III (San Fernando) y Beatriz de Suabia, nieta del emperador germánico Federico Barbarroja.

Desde pequeño, el príncipe recibió una esmerada educación, incluyendo el conocimiento de las tácticas militares, que lo llevaron por distintas ciudades de todo el reino. En el 1231 con 10 años de edad, asiste acompañado por Alvaro Perez de Castro, a la importante Batalla de Jerez, la que el mismo calificaría de mayor en sus escritos como "la cosa del mundo que más quebrantó a los moros, por que el Andaluzía ovieron a perder e la ganaron los christianos dellos, fue esta cabalgada de Xerez."


Ya en mayoría de edad, la larga enfermedad del rey Fernando, propició que el príncipe Alfonso sin ser rey, estuviera en la primera línea de algunos de los acontecimientos históricos más importantes de la época:
- En 1243 lidera las tropas que realizaron la reconquista del Reino de Murcia. 
- En 1244 firma el Tratado de Almizra, donde Castilla y Aragón marcan la frontera de los territorios reconquistados.
- En 1246 participa en la guerra civil de Portugal a favor de Sancho II.
- En 1247-48 participa en la reconquista del Reino y la ciudad de Sevilla.






El 29 de enero de 1249 se celebra en la ciudad de Valladolid la boda entre el príncipe o infante Alfonso y Violante de Aragón. Violante era hija de Jaime I el Conquistador, y el matrimonio tuvo lugar fruto de las fluidas relaciones que ya habían entre los reinos cristianos de la península. Alfonso y Violante tuvieron 11 hijos (4 más extramatrimoniales) de los que cabe destacar Fernando de la Cerda, el heredero legítimo, y Sancho, el sucesor final, tras la muerte del anterior.


El 1 de junio de 1252, 1 día despues de la muerte de Fernando III, es proclamado como Rey Alfonso X  de Castilla y León.






Alfonso X fue conocido como "el Sabio", ya que tuvo una esmerada educación que le llevó desde siempre a interesarse por los estudios y las letras. Fundó la Escuela de Traductores de Toledo, donde se traducían todo tipo de textos y obras del latín, griego, árabe y hebreo, en uno de los mayores trabajos culturales del medievo. Alfonso el Sabio escribió un imporante número de obras de gran calado en la sociedad de la época, que son hoy día un legado de gran valor histórico para España. Algunas de las principales como:


- Cántigas de Santa María: escritos, poemas y lírica de caracter religioso.
- Las Siete Partidas: un ambicioso código de leyes a implantar en todo el Reino de Castilla, lo que hoy sería una constitución.
- Estoria de España: primera gran compilación de la historia de España hecha hasta la época.
- General Estoria: gran obra que narra los hitos más importantes de la historia universal conocida hasta entonces.
- Lapidario: obra que trata de medicina, magia, astronomía y astrología.
- Tablas Alfonsíes: tablas de observación astronómica, de planetas y otros astros, durante sus años de reinado.
- Libro de los Juegos: obra que trata sobre el ajedrez, dados, tablas y otros juegos.






Alfonso X fue un gran jurista. Interesado por la ley y el derecho. Fundó el Concejo de la Mesta (uno de los primeros gremios de Europa) donde otorgaba beneficios a los ganaderos y pastores. Elaboró muchos tipos de normas jurídicas, como el Fuero Real, el Espéculo y finalmente las Siete Partidas, una suma de todos los elementos del derecho de Castilla unificados en esa obra, que fue fuente de derecho e inspiración para otras normas durante muchos siglos posteriores.


Su reinado se encuentra en medio de una caótica étapa de la reconquista. Una de sus principales obsesiones fue el reparto de la población. Promovió la migración de pobladores del norte, para que se trasladaran a vivir a los territorios andaluces liberados, que comenzaron a repoblar con población cristiana principalmente las ciudades de Córdoba y Sevilla. Fundó así mismo nuevas ciudades en otras regiones del reino que habían quedado despobladas, fundando entre otras Tolosa, Treviño, Aguilar de Campoo y Ciudad Real.








A mitad de su reinado, alrededor del año 1260, el Rey Alfonso tenía grandes aspiraciones imperiales: se proclamó  Rey de los Algarves, tomando el sur portugués para su reino. Habiendo sus tropas reconquistado territorios hasta Gibraltar, se tuvo la intención de lanzar una gran ofensiva para conquistar a los moriscos las propias tierras del norte de África, algo que quedó bajo su mandato en pequeñas expediciones y escaramuzas. Su mayor pretensión, para la que gastó grandes esfuerzos, fue la de ser reconocido (como descendiente directo de Federico Barbarroja) con derecho a la sucesión del Imperio Romano Germánico. Aspiración que jamás logró conseguir.


Los últimos años de este gran monarca fueron muy complicados. En 1264 sufrió importantes revueltas mudéjares (moriscos convertidos) en Andalucía, Murcia y Alicante, lo cual obligó a pedir ayuda a su suegro Jaime I de Aragón. Años más tarde en 1272, nobles descontentos que pedían más dinero y menos políticas centralizadoras,  liderados por un hermano del Rey llevan a cabo otra rebelión, aliándose con el todavía morisco Reino de Granada.






Sus principales problemas vendrían con la sucesión. En 1275 murió su hijo primogénito y heredero, Fernando de la Cerda. Con la ley anterior, el heredero sería Sancho segundo hijo, sin embargo con las reformas hechas por el rey, el heredero sería el hijo del primogénito (tal como ocurre hoy). Esto desembocó en una nueva guerra ya en los años 80, por los partidarios de su hijo Sancho, llegando a controlar casi todo el reino. De este modo, tan solo Sevilla dio su apoyo fiel e incondicional al rey Alfonso en esta guerra, ciudad a la cual se trasladó y permaneció casi recluido. El rey desheredó a su hijo Sancho de todas sus posesiones, pero murió al poco tiempo y Sancho acabó heredando el trono.


Alfonso X el Sabio, moría el 4 de abril de 1284 en Sevilla, ciudad en la que sigue enterrado a día de hoy. Su corazón y entrañas descansan en una urna en la catedral de Murcia, la otra ciudad que permaneció leal.






Cuentan los dichos populares que el simbolo de la ciudad de Sevilla NO 8 DO significa "No madeja do" (no me ha dejado) que fué una frase que hipotéticamente pronunció Alfonso X el Sabio sobre Sevilla, la ciudad que permaneció fiel al Rey hasta su muerte.



lunes, 28 de noviembre de 2011

JUANA I la Loca

Juana, la tercera hija de los Reyes Católicos, nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479.

Desde pequeña, fue una niña formada y educada. Recibió una cuidada educación, muy marcada por una  moral católica, donde tambien se formó en música o en lenguas latinas.

Juana era una joven atractiva, de rubios cabellos, que era pretendida por muchas casas reales europeas. Como era común, sus padres, convenieron su matrimonio, que finalmente fue con el heredero del Sacro Imperio Romano Germánico. El conocido como Felipe el Hermoso.




En agosto de 1496, la joven Juana partió desde Laredo en una gran flota marítima que la llevaría a tierras de Flandes. Se dice que desde el primer momento que vio a su prometido Felipe, se enamoró perdidamente de él. Se casó, obteniendo los títulos consortes de archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y Brabante y condesa de Flandes. En los primeros años, tuvo a sus 3 primeros hijos: Leonor, Carlos (futuro emperador) e Isabel. 

Juana tenía un carácter sobrio y católico que chocaba constantemente con la forma de vivir en la corte de Bruselas, mucho más opulenta, libertina y desinhibida. Se dice que Felipe tenía un carácter mujeriego y que engañaba a su mujer. Esto provocó que Juana sufriera de unos enfermizos ataques de celos que era conocidos tanto en la corte española como en la flamenca.

En los años siguientes, los hermanos y herederos de la Corona de Castilla, mueren sucesivamente, haciendo que Juana y Felipe tengan que trasladarse a Toledo en 1502, donde Juana jura como la heredera del reino. Los próximos tiempos serán convulsos para la pareja, pues mientras ésta da a luz en Madrid a su cuarto hijo Fernando, su marido pasaba largos meses en Flandes, lo que acuciaba aun más sus celos y obsesión por él.






El 26 de noviembre de 1504 muere la reina Isabel, por lo que Juana es nombrada Reina de Castilla. Antes de su definitivo traslado a España, tiene en Bruselas a su 5º hijo, la princesa María.

Tras su llegada, el poder del reino está muy disputado. Finalmente sellan un acuerdo, conocido como la Concordia de Villafáfila, a través del cual el rey viudo, Fernando de Aragón, se limitaría tan solo a gobernar su corona, abandonando la regencia de Castilla. A su vez, Felipe sería nombrado Rey de Castilla, con todos los poderes, en igualdad de condiciones que su esposa Juana. Por tanto, las Cortes reunidas en Valladolid nombraron como tal al Rey, Felipe I, en junio de 1506.




Pocos meses más tarde,  Felipe, en una estancia en Burgos, cae muy enfermo tras beber una jarra de agua tras practicar deporte. Se cree que fue fruto de una conspiración, y que aquel agua estaba envenenada. Lo cierto es que murió días más tarde el 25 de septiembre del mismo año, con tan solo 28 años, dejando viuda a la reina.

Juana, que se encontraba aun encinta de su última hija Catalina, cayó en una profunda depresión. Ordenó una comitiva para cumplir con el último deseo de Felipe, ser enterrado en Granada. La caravana avanzaba a un paso muy lento, con una reina ausente de sus funciones, que no se separaba jamás del féretro de su difunto esposo.

Los nobles, cansados de lo que calificaron como estado de demencia de la reina, impulsaron a su padre, Ferando el Católico, a que asumiera nuevamente la regencia de Castilla. En 1509 por tanto, Juana I es apartada de sus funciones por su padre, y es encerrada en un palacio de Tordesillas, acusada de no estar en condiciones mentales para gobernar el reino.




En 1516 muere Fernando. En este momento, Juana hereda en su persona los poderes así mismo de Navarra y de toda la Corona de Aragón, siendo la primera monarca que asume en una sola persona, el poder único y legítimo de todos los territorios que serán conocidos como España.

No obstante, tal honor le sirve de poco, pues el poder no le es devuelto. El Cardenal Cisneros asume la regencia, en espera de la llegada del hijo de Juana y heredero el emperador Carlos, que menor de edad, aun se encontraba formandose en Flandes.

Con la llegada de Carlos, todo sigue igual. Juana sigue confinada en Tordesillas, con su hija pequeña. Cuando esta contrae matrimonio, la reina queda sola y abandonada. Muchas son las voces en las tierras castellanas, que hablan de que la reina no está en absoluto loca, sino que más bien todo se ha tratado de una estrategia orquestada primero por su padre y despues por su hijo y sus lugartenientes, para apartarla del poder de por vida.



Juana, que se quejó por escrito en numersosas ocasiones a su hijo el emperador de las lastimosas condiciones en las que la mantenían encarcelada, sin éxito alguno de ser complacida. El 12 de abril de 1555, la reina Juana I, muere a los 75 años en su cautiverio de Tordesillas.

Juana I, la que fue popularmente llamada Juana la Loca, es uno de los personajes más inspiradores del romanticismo en España. Fue apartada de sus poderes por considerarsela demente, lo que probablemente solo fue un estado de desesperación y depresión causado por sus ataques de celos y la posterior pérdida trágica del gran amor de su vida, Felipe el Hermoso.

jueves, 21 de abril de 2011

FELIPE V de España

Philippe de Bourbon nace en Versalles (Francia) el 19 de diciembre de 1683. Era nieto de Luis XIV, el Rey Sol y su mujer María Teresa, Infanta de España. A su vez, era el segundo descendiente de su hijo y heredero Luis, el Gran Delfín, que moriría antes de reinar. Ostentaba en Francia el título de Duque de Anjou.

En Madrid, en el año 1700 muere el rey Carlos II sin descendencia. Deja en su testamento la voluntad de que sea su sobrino, Felipe de Borbón, el que herede el trono español. Así fue nombrado como tal desde Francia, en una ceremonia celebrada por su abuelo Luis XIV. Llega así a Madrid con 17 años, y nombrado como Felipe V Rey de España.



Desde un principio se enfrentó a la oposición de Leopoldo, emperador germánico, que consideraba a su hijo el Archiduque Carlos de Habsburgo, como legítimo heredero de la corona española. En los sucesivos meses, el rey de Francia cometió numerosas injerencias en Inglaterra, y desde París se planearon los matrimonios de 2 hermanos con 2 hermanas. Felipe V de España, se casó con Maria Luisa de Saboya, de la misma forma que Luis, hermano mayor de Felipe y heredero de Francia, se casó con la hermana de Maria Luisa. Esto causó un gran revuelo en las cortes europeas, que confirmaron con este hecho las intenciones de crear un gran imperio borbónico que dominase toda Europa occidental. Comienza así, la Guerra de Sucesión Española.

Esta guerra fue una guerra entre potencias europeas, a la vez que una guerra civil española. Se enfrentaban los partidarios de Carlos contra los de Felipe. Lo que primero fue una guerra internacional principalmente entre Austria, Inglaterra y Holanda contra Francia, pronto llegó a las regiones españolas. En grandes líneas, las regiones de la antigua Corona de Aragón, dieron mayor apoyo a los austricistas, y el resto de regiones a los borbónicos. Tras la Batalla de Almansa en 1707, las tropas de Felipe tomaron el control del Levante y Aragón.




En 1713, Carlos es nombrado emperador germánico, por lo que sus aliados le retiran el apoyo en sus
ambiciones españolas. Se llega así al Tratado de Utrecht, por el cual Felipe V es reconocido por todas las potencias como rey legítimo, a cambio de renunciar a sus derechos dinásticos en Francia, y a cambio de que España pierda sus posesiones europeas (Países Bajos, Flandes, Milán, sur de Italia, etc.) así como Menorca y Gibraltar.

En España, se promulgan los Decretos de Nueva Planta, por los que desaparecen los fueros de las regiones levantinas, en pro de construir un estado centralizado. Algunos territorios como Navarra, sí conservaron sus fueros, como premio por haber apoyado al rey durante la guerra. En cuanto a la gestión del país, introdujo determinadas reformas. Cambió el regimen de impuestos, creó las secretarías de estado (ministerios), creó las capitanías generales como división administrativa. Reestructuró la economía, fomentó el proteccionismo, la agricultura y las manufacturas. Cambió el régimen militar de los tercios, sustituyéndolo por el sistema de divisiones actual. Dio igualmente un gran impulso a la Armada Española de forma que siguió manteniendose como una de las más potentes del mundo. Fundó la Real Academia Española, y  mandó construcciones importantes como el Palacio Real de Madrid, o el Palacio de la Granja de San Ildefonso. Dio un aire más moderno e ilustrado a la empobrecida y estancada España del anterior monarca.




En el ámbito personal, Felipe tuvo 4 hijos con su esposa la reina Maria Luisa. Solo 2 de ellos, Luis y Fernando, sobrevivieron a la infancia y ambos fueron reyes. Maria Luisa Gabriela, quien fue considerada una buena regente durante la ausencia del rey por la guerra, falleció en 1714 con tan solo 25 años. El rey, contrajo matrimonio con una princesa parmesana, Isabel de Farnesio. Esta fue famosa por su duro carácter y su gran influencia en las cuestiones de estado. Tuvo 7 hijos más, y se preocupó por que todos ellos tuvieran una posición dominante, como monarcas los varones, o como reinas consortes las mujeres. Entre ellos cabe destacar el futuro Carlos III.

Felipe V solía tener grandes depresiones, en las que se retiraba a La Granja para recuperarse. Hastiado por el peso de su reinado, Felipe abdicó en su hijo en 1724, siendo coronado como Luis I. Sin embargo el reinado de su hijo duró tan solo 229 días, ya que moría el mismo año infectado de viruela. Felipe V fue por tanto, reinstaurado rey.




En su 2º periodo, la política estuvo orientada en pactos y alianzas con los reinos europeos, que iban variando según los intereses. Se llevaron a cabo 2 veces los llamados Pactos Familiares con Francia, por el cual los príncipes españoles se aseguraban la posesión de estados satélites en Italia, como Nápoles, Sicilia o Parma.

Felipe V muere en Madrid el 9 de julio de 1746, a los 63 años. Fue enterrado por deseo propio, en la cripta del Palacio de La Granja en dicha localidad segoviana. Su sucesor fue su 2º hijo, Fernando VI. Se convirtió así en el único rey padre de 3 reyes: Luis I, Fernando VI y Carlos III. Fue el rey que más tiempo ha permanecido en su cargo, sumando 45 años en el poder.


jueves, 24 de febrero de 2011

GUTIERREZ MELLADO

Manuel Gutierrez Mellado nace en Madrid el 30 de abril de 1912. A los 4 años queda huérfano de padre, y a los 8 años, tambien de madre. Recibió ayudas que le permitieron estudiar en las Escuelas Pías de San Antón en Madrid.

A los 17 años comienza su vida castrense, ingresando en la Academia General Militar de Zaragoza. De ella salió en 1933, a los 21 años, siendo el primero de su promoción, graduado como Teniente de Artillería. Estuvo destinado en Segovia y Carabanchel, hasta que en 1936 estalla la guerra civil.



Gutierrez Mellado, perteneció a uno de los tantos regimientos sublevados el 18 de julio. La zona en la que se encontraba fue rodeada, por lo que fue detenido y encarcelado en la cárcel de San Antón. En 1937 fue absuelto en un juicio, y consiguió refugiarse en la embajada de Panamá, con muchos otros nacionales. Consiguió cruzar las líneas y volver a zona nacional. Participó en el Servicio de Inteligencia Militar, y fue un infiltrado quintacolumnista dentro de las líneas enemigas. Usó una identidad falsa, Teodosio Paredes, con la que recababa información en Madrid y ayudaba a nacionales a cruzar al territorio de su bando.

Finalizada la guerra, siguió su larga carrera en el ejército, donde vivió sucesivos ascensos en el rango: así fue ascendido a Capitán en 1938, Comandante en 1942, Teniente Coronel en 1957, Coronel en 1965 y General de Brigada en 1970, siendo destinado al Alto Estado Mayor de la Defensa. En 1973 es ascendido a General de División, y es destinado como jefe de la Capitanía General y la Gobernación de Ceuta. Tras la muerte de Franco, sigue subiendo puestos en su carrera, es ascendido a Teniente General, y obtiene el cargo de Capitán General de la VII Región Militar, en 1976. El mismo año, es nombrado además, jefe del Estado Mayor Central.



En 1976, entra en el Gobierno de España de mano del presidente Adolfo Suárez, ocupando los puestos que le otorgarían mayor reconocimiento por la sociedad española, el de Ministro de Defensa, y Vicepresidente del Gobierno. Este cargo lo volverá a desempeñar en la Legislatura Constituyente 1977-1979, y en la I Legislatura post-constitución.

La vicepresidencia de Gutierrez fue muy difícil. Los años de la transición fueron años muy duros, en los que los militares sobre todo, eran objetivo directo de la banda terrorista etarra. La población castrense y el ala más próxima a la dictadura, estaban muy disgustados con el vicepresidente, al que acusaban de blando y traidor, por no aplicar medidas con dureza para acabar con el terrorismo que tanto lastraba a la población militar. Tanto él como Suárez sufrieron duras críticas, que desembocaron en la ya conocida dimisión del gobierno de UCD en 1981, punto en el que Gutierrez abandona definitivamente sus cargos políticos.



Gutierrez Mellado protagonizó una de las escenas más representativas de la transición española. La tarde del 23 de febrero de 1981, cuando el Congreso de los Diputados votaba la investidura de Calvo Sotelo como presidente, se produjo un golpe de estado. Cuando el teniente-coronel Tejero irrumpió con sus hombres en el parlamento, el vicepresidente fue el unico miembro de la cámara que se levantó de su escaño. Plantó cara a los golpistas, y les exigió como Vicepresidente y como superior militar, que depusieran las armas. Los golpistas lanzaron entonces ráfagas disparos dentro del parlamento, y el propio Tejero zarandeó y trató de derribar al general en un forcejeo sin éxito. Este gesto, en la que un hombre de 70 años se enfrenta y resiste ante unos hombres armados, arriesgando su vida en defensa de la democracia, le otorga un gran prestigio y simbología popular.



Años más tarde, retirado de la vida política, vivió de cerca un fallecimiento por culpa de la droga, que causaba estragos en los 80. Por ello, decidió fundar en 1986 la FAD, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción. En 1994 fue nombrado de forma honorífica Capitán General del Ejército, a la misma vez que el rey le nombra Marqués de Gutierrez Mellado.

El 15 de diciembre de 1995, mientras se dirigía a Barcelona para dar una conferencia en una universidad, patina en el hielo con su coche, en un punto negro de la A2 en la provincia de Guadalajara. El accidente, pese a no ser muy grave, le provocó una hemorragia pulmonar que acabó con su vida en el traslado en ambulancia hacia el hospital. Fue enterrado en Villaviciosa de Odón, localidad de la que era hijo predilecto.

Moría así, con 83 años, quien fue considerado pese a todo, uno de los principales padres y garantes de la restauración democrática en España.